Llevando Sonrisas – Edición pandémica

Llevando Sonrisas – Edición pandémica

¿Qué se puede hacer al estar en plena pandemia? No se quiere decepcionar a los niños de las veredas rurales que se han visitado en diciembre pasado ¡Así que lo haremos de todas maneras, pero al estilo pandemia! 

Es decir, solamente Didi y Yecenia, sin otros voluntarios. 

Solamente en Mirasol, vereda principal donde se reúnen a los niños, y San José que está de camino. 

Por lo que se inició la compra de los regalos en el pueblo, evitando la ciudad y sus áreas congestionadas con toda la gente, en búsqueda de las mejores ofertas. 

Y así fue. 

 

Aunque Didi recordaba solamente más o menos cómo llegar a Mirasol – y Google Maps no sirve en estas zonas sin red celular – llegaron sin problemas donde las mulas las esperaban. Dos horas y 15 minutos en carro, y después una hora y 40 minutos caminado por senderos pedregosos, pero con vistas espectaculares. 

Las piernas temblando por la bajada pendiente, agradecidas por la oportunidad de salir, a pesar de todas las restricciones que el último año ha llevado, llegaron a la escuelita de Mirasol. Se mojaron sus ojos viendo la bienvenida. Todos los niños con banderas de papel y con una pancarta grande que decía “Bienvenidos. En honor a todos ustedes la palabra del día es ¡GRACIAS! Porque a pesar de estos tiempos difíciles han estado y siguen estando con nosotros… INFINITAS GRACIAS.”

 

No han tenido muchos visitantes este diciembre, y con las restricciones de la pandemia significa que muchos niños que viven retirados, aún de sus vecinos más cercanos, han vivido aislados por meses. La escuelita fue cerrada y sin internet la educación tampoco podía seguir en línea. La profesora mandaba las tareas por chiva desde el pueblo. Algunos niños subían a la parada del bus (a caminata de 1.5 horas) para recogerlas, las bajaban a la comunidad, y después de hacer las tareas alguien debía llevarlas de nuevo a la chiva para enviarlas de regreso a la profe en el pueblo. 

Todas estas dificultades se olvidaron cuando en la convivencia jugaron, rieron, se divirtieron y, compartieron como una gran familia alegre. 

La pandemia ha empeorado la situación financiera de muchos, aquí también, sin embargo, esto no impidió ver dibujarse en los rostros de los niños las más grandes sonrisas al recibir los regalos.

Con pandemia o sin ella, “Llevando sonrisas” es una bendición para todos y todas.  

 

 

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