El primer “Día de Celebración para Niñas” en Colombia

El primer “Día de Celebración para Niñas” en Colombia

Después de un año de obtener mi licencia para facilitar el taller de educación menstrual, debido a la pandemia no se había podido organizar ningún evento, pero ahora llegó el momento…

Es viernes por la tarde cuando llegamos a un pueblo pequeño en los Andes colombianos. Hace frío, viento y comienza a llover, pero esto no nos desanima.

En la Casa de la Cultura conocemos a la chica de 21 años que ha organizado el grupo de madres e hijas. Ella nos muestra el espacio que podemos usar, el cual no está en un estado muy acogedor. Lo van a reparar, pero por ahora las paredes están dañadas, el techo gotea y el frío entra por los espacios vacíos de algunas ventanas que no tienen cristales.

Sin embargo, llegamos preparadas y después de 90 minutos se ve el lugar completamente diferente: un espacio colorido y más invitador, aunque el viento frío sopla constantemente y ya comienza a afectar mi garganta.

Cuando las campanas de la iglesia resuenan e indican las siete, en ese momento llegan las primeras madres. En la lista se han inscrito 12, pero dos madres no van a participar por enfermedad y efectos secundarios de la vacuna. Finalmente, siete madres lo logran y, contrario a lo esperado, se ha creado fácilmente una atmósfera cálida y llena de participación y risas.

Al ser mi primera experiencia con madres colombianas en este taller, no sé qué esperar. Cuando hablé de la importancia de conocer nuestro cuerpo, incluyendo los genitales, una madre compartió una historia de una joven pareja que se traumatizó en su noche de bodas, porque el chico “no encontraba el hueco” a lo que su esposa le había respondido: “¿cuál hueco?, ¿Hay un hueco? Les tomó 4 años tener hijos, agregó.

Así se rompió el hielo para hablar de todos los temas relacionados; posteriormente compartí que en una encuesta hecha en Inglaterra se encontró que alrededor del 40% de las personas no pudieron responder correctamente cuántos huecos tienen las mujeres ahí abajo, esperaba mucha vergüenza en estas comunidades montañeras, pero no fue así, ya que mostrando una imagen de la vulva libremente discutieron la anatomía e hicieron muchas preguntas para aclarar sus dudas con respecto al tema.

Cuando hablamos del ciclo menstrual y la importancia de auto-cuidarse, las experiencias y situaciones que compartieron me tocaron el corazón. Muchas hacen trabajo físico duro y no tienen ‘el lujo’ de descansar durante la menstruación porque “aunque estés sangrando mucho, si no tienes un aviso médico para faltar, mañana no tendrás trabajo”.

Ellas expresan su agradecimiento por el taller, por el conocimiento que les están brindando, ya que quieren que sus hijas tengan mejores oportunidades en la vida.

Me quedo con la impresión – fuertemente en mi mente – de estas mujeres valientes viviendo en un lugar donde la guerra ha dejado su huella, donde la pobreza es real y las oportunidades muy limitadas. Aunado a esto, está la creencia muy arraigada de que “la mujer es para tener hijos y servir al marido”, pero a pesar de ello son: mujeres sinceras, trabajadoras, que luchan cada día por sobrevivir, por alimentar a su familia a pesar de todos los obstáculos. No muestran amargura, sino todo lo contrario, simplemente están llenas de amor por sus hijas y harían todo lo posible por ellas.

Las dos horas que pasé conviviendo con estas señoras me han tocado mucho, que es difícil dormir por la noche, aunque el frío tampoco ayuda…

Es sábado por la mañana, voy temprano al lugar donde se imparte el taller para organizar los folletos, las encuestas y los demás materiales. Enciendo nuevamente la vela en la mesa de bienvenida y deseo que “todas las niñas obtengan lo que hoy necesitan…”

En el primer grupo de niñas que llega hay una que parece tener solo 7 u 8 años, quizás es una hermanita menor que solo está dando vueltas. Sin embargo, cuando las 10 chicas entran en la habitación, ella también está allí. Tiene 11 años y parece desnutrida. Más tarde escucho que sus padres la han sacado de la escuela para cuidar a sus hermanos menores y su padre (incapacitado debido a un accidente mientras estaba borracho), mientras su madre trabaja por un escaso ingreso para mantener a la familia. Su madre no estaba en la sesión anterior que se llevó a cabo con las madres; después del almuerzo se les recordó que regresen a las 2 de la tarde, a lo que la mamá respondió que no puede venir. La niña dice en voz baja: “simplemente no quiere”. Me rompe el corazón. A pesar de todo esto, sonríe, participa y es encantadoramente directa con sus respuestas.

Todas las niñas están nerviosas, pero el hielo pronto se rompe. Después de las presentaciones les pregunto quién sabe el significado de las palabras en medio del círculo. Nadie sabe qué es la menarquía, mientras que la menstruación es familiar. Después se les pregunta sobre la “menopausia”, pero nadie contesta solo la pequeña dice: “es de las viejitas” …

A medida que avanza la mañana, el mándala toma forma y calculamos el número de períodos. Ahora las chicas se están inquietando y es difícil mantener su atención, mientras mi voz se cansa de hablar debido al ruido constante de una lavadora a presión que se usa justo afuera del marco sin ventanas. Por lo que las invito a una ronda rápida de preguntas anónimas para luego seguir con el almuerzo.

Con los estómagos llenos y un precioso momento de silencio, a pesar de que en el exterior aún estaba el ruido del motor, las chicas están impresionantemente ansiosas y concentradas por escuchar las respuestas a sus preguntas. “¿De verdad vas a responderlas?” me preguntan. Una pregunta sobre los tampones lleva a una chica a decir que con un tampón “se pierde la virginidad, ¿no?”.

Durante la presentación de los productos menstruales surgen algunas inquietudes. Una de ellas surgió al pasar las copas menstruales (que tal vez puedan usar en el futuro cuando sean adultas) para que sientan lo suaves que son, ya que a las chicas les preocupaba, incluso a la pequeña, que sea demasiado grande para ponerla dentro. Los tampones también las inquietan (dicho esto, los tampones son tan caros aquí que para muchos no serían una opción de todos modos), así que les digo que haremos un experimento con los tampones. ¡¡Están mortificadas!! Mientras añado rápidamente… “¡¡con vasos de agua!!!” suspiran con alivio. Después de la lucha por abrir el envoltorio de plástico, quedan asombradas por la expansión y se convencen de que nunca más lo sacarían. Una hace un pequeño círculo con el pulgar y el índice y trata de sacar el tampón. Ella confirma: ¡¡de ninguna manera va a salir!!

Más tarde llegan las madres para la última parte del taller. También llega una madre que tuvo tanto dolor de espalda la noche anterior que no podía sentarse. Llegó directamente del trabajo, todavía sudada con la ropa y las botas sucias y las manos llenas de tierra. Quiere quedarse atrás, sentarse separada de las demás, avergonzada de su estado, pero la motivo a unirse al círculo. Finalmente acepta y hace que su hija brille. Sé lo difícil que debe haber sido aparecer así (total e inaceptable socialmente) y es conmovedor ver que ella sabía lo importante que era. Más tarde, es su mensaje en el libro de invitados lo que me conmueve hasta las lágrimas.

Ahora, las niñas están más tranquilas y comparten lo que aprendieron en la mañana, antes de hacer algunas de las actividades juntas. Todas sonrientes y contentas, una madre ofrece contar la historia de su primer periodo, como les había pedido la noche anterior.

Comparte que no sabía cómo poner la toalla en su ropa interior, y que tenía el lado pegajoso hacia arriba, ¡qué dolor! Las niñas se ríen sorprendidas por la franqueza y porque pueden identificarse con la confusión. El grupo se siente más unido que nunca, otra mamá se anima a compartir, luego le sigue otra, otra y otra… es cierto: ¡hay en ellas un cambio desde la sesión de la noche anterior!

Dejo que las chicas elijan entre los coloridos kits que hemos preparado (toalla menstrual, protector y pañuelos, pueden agregar algo de ropa interior) y están encantadas con el hermoso regalo.

Los mensajes en el libro de visitas son positivos y también lo son las encuestas. Agotadas pero contentas, desmantelamos la decoración, empacamos todo el equipo en el carro y salimos de regreso a Babanagar.

¡El primer Día de Celebración en Colombia se ha logrado y ha sido un éxito!

2 Comments

  • Carmen Mary mayo 24, 2022 5:35 pm

    Que hermosa experiencia, verdaderamente es una noble labor, digna de admiración y apoyo.
    Gracias Didi, por ese inmenso amor que profesas.

  • Carmen Mary corrales mayo 24, 2022 5:37 pm

    Que hermosa experiencia, verdaderamente es una noble labor, digna de admiración y apoyo.
    Gracias Didi, por ese inmenso amor que profesas.

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