Limeña, desde pequeña, fue entrenada para ser una ‘buena mujer’ y así creció ‘sin hacer ruido’, siempre siguiendo lo que otros deseaban para ella y haciendo lo ‘políticamente correcto’; así, como de tradición -y en el proceso sacrificando ser ella misma- estudió, se casó, y aceptó. Con esposo a bordo, su vida fue ‘perfecta’, programada y… vacía.
Insatisfecha, y porque sentía que le faltaba ‘algo’, pensó que ese ‘algo’ era dinero y así estudió para emprender. Fue en esa búsqueda de lo efímero que conoció a Dada Japamantra. Se comunicó con él y fue la organizadora del primer retiro de Dada en Perú. Esos dos días intensos de retiro la sacudieron profundamente y le indicaron cómo replantear sus creencias y relaciones; al regresar a casa, informó a su esposo que quería separarse. Desde ahí —nunca jamás se ha arrepentido— empezó el cambio… y su nueva vida.

Hoy, gracias a PanaceAM, Elma es una mujer fuerte y empoderada. Ha cambiado su manera de pensar y actuar en todos los aspectos de su vida y entiende que su existencia no es seguir y hacer lo que los demás piensan, sino ‘despertar’, hacer lo que el ‘corazón’ (su intuición y consciencia) dicta, y empezar realmente a vivir. Goza de su casa donde ama leer, escribir, escuchar audios en TEDX para practicar inglés, hacer yoga, estiramientos y bailar. Al mismo tiempo, ama los parques, caminar descalza, cuidar de su sobrina, mascotas, hablar con la gente… y meditar, donde siente que se conecta con el Ser Supremo.

Porque ha experimentado el cambio en sí misma, sabe que PanaceAM ayudará a todos aquellos que la sigan y por eso quiere llevar a los demás hacia El Camino.
Además, porque le indigna la injusticia y porque muchas (demasiadas) mujeres tienen una historia similar, está totalmente comprometida con la Misión de Mujer Despierta para inspirar y motivar a las mujeres a dejar salir su ‘melodía interior‘ con valentía y confianza en sí mismas.