Psicólogo de profesión y hombre servicial de vocación, Carlos es un papá y esposo feliz. Tal vez porque desde varios años estaba buscando entenderse a él mismo para así entender y servir mejor a sus pacientes, vino en contacto con Dada Japamantra. Después de la sorpresa inicial entre intelecto e intuición, se benefició tanto de los conocimientos brindados que, en un proceso de transformación, se volvió un voluntario de PanaceAM y una de las personas que –dicho de Dada—ha cambiado más positivamente.

Hoy en día, ya mucho más cercano al conocimiento espiritual --que aplica y transmite enseñando a sus pacientes un estilo de vida sano y una visión luminosa y feliz de la vida-- es un ‘puente’ que transforma vidas como nunca habría podido hacer solo con la psicología.

Desde hace 2 años está trabajando en una institución social, enfocándose en mujeres, niños y niñas víctimas de la violencia de hombres brutos que todavía la sociedad no ha sabido erradicar.